“El
desnudo masculino es el más difícil’
Es otro de los grandes
de la fotografía española. Sus bodegones se han hecho populares en medio mundo.
Sin embargo, la ruptura de su recorrido visual con el desnudo, en su momento
nos sorprendió a todos: Toni Catany se acercó al desnudo
masculino con valentía y decisión. Con su proverbial sensibilidad, este
fotógrafo mallorquín ha logrado acercarnos una nueva y desde luego muy personal
visión del cuerpo masculino. Ha cambiado la naturaleza muerta por la vida de
los cuerpos humanos. No duda en contarnos todos sus secretos.
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Un artista con una extraordinaria sensibilidad |
-¿Cómo se te ocurrió
Toni adentrarte en el polémico mundo del desnudo masculino?
-Cuando
empecé a trabajar en estos desnudos masculinos lo hice respondiendo a un
encargo de un museo francés, que posee una colección propia de desnudos, tanto
masculinos como femeninos. La petición que se me hizo fue la de trabajar en
desnudo masculino. Por una serie de razones, el encargo no lo cumplí nunca;
pero me dio pie para empezar a investigar sobre este tema. La idea original en
la que estoy trabajando es una trilogía, en forma de libro. Sería: primero el
desnudo masculino, luego el femenino y por fin la relación de la pareja, la
relación de cuerpos.
-¿Y por qué comenzaste
precisamente por el desnudo masculino?
-Pues
porque consideraba a priori que era
el más difícil. Y ahí está el resultado. Ahora ya me lo puedo quitar de la
cabeza y puedo continuar con el resto del proyecto.
-Si algo ha
caracterizado tu obra Toni ha sido siempre el esteticismo que imprimes y el
exquisito tratamiento del color, sobre todo en tus bodegones. Sin embargo, aquí
llamas la atención porque con el desnudo masculino cambias de tratamiento y adoptas
el blanco y negro.
-Sí,
es que esta serie la realicé después de las ‘Naturalezas Muertas’ y, tal vez de
manera inconsciente, empecé a trabajar en color; pero enseguida me di cuenta de
que no necesitaba para nada el color. Preferí abandonarlo porque el color me
condicionaba. Lo único que hice luego fueron virajes al selenio. No es el
blanco y negro frío que conocemos, sino que presenta un aspecto más cálido.
-¿Por qué mantienes que
el desnudo no necesita del color?
-Porque
no me interesa: el desnudo lleva incorporado el color, lo llevamos encima,
todos. Si hay color, tiene que añadir algo a la imagen. De lo contrario, no me
sirve. Y además, como te decía, me condicionaba: me obligaba a poner
determinado color en el fondo, adornar la imagen con una serie de telas de
colores…
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Una apuesta difícil y polémica |
-El tratamiento del
desnudo masculino que recoges en esta obra tuya, que va a continuar por lo que
comentabas anteriormente, revela una dureza muy personal. ¿Cómo se ha recibido
esta obra tuya en aquellos lugares donde la has presentado?
-Hay
de todo. La opinión depende de cada uno. Hay quien los encuentra eróticos, tú
señalas ahora la dureza de las formas, una chica de Bruselas que está
realizando un estudio sobre esta serie de imágenes, me pregunta “¿por qué estos
desnudos masculinos me recuerdan a desnudos femeninos?”. Me subraya por tanto
que mis desnudos masculinos son muy
femeninos.
-Y a ti, personalmente,
Toni, ¿qué es lo que más te interesa?
-A
mí me atrae sobre todo la parte que tiene la imagen de misterio, de sugerencia,
para que todo el mundo sea libre de interpretarlo a su manera.
-¿Tus imágenes pueden
llegar a molestar?
-Claro,
aquí nos metemos en el plano personal. Depende de la moral de cada persona que
contemple no sólo ésta, sino cualquier otra obra. Y yo no creo que el cuerpo
humano, por muy desnudo que esté, deba molestar a nadie. Habitualmente lo
llevamos tapado, pero destapado es extraordinario. Yo no sé por qué a alguien
le puede molestar un desnudo, es que no me cabe en la cabeza.
-Las culturas clásicas,
Grecia y Roma, ensalzaron el cuerpo humano, también el masculino. Ahora, parece
que los conceptos se han invertido.
-Exacto.
¿Y por qué si hay estatuas y pinturas con desnudos masculinos, la fotografía
puede molestar más? ¡Hombre! Hay que reconocer que la fotografía es sinónimo de
realismo, pero nunca todo es tan preciso y exacto como puede parecer.
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Los dos desnudos, complementarios |
-¿De qué volumen de
imágenes estamos hablando, Toni?
-Mira, te diré: para
esta colección he sacado en torno a los seis o siete mil negativos, de los que
he seleccionado unos trescientos y de éstos me he quedado para la exposición
con sesenta. El libro que ha editado
Lunwerg -que es lo que más me interesa- recoge setenta y siete fotografías.
Son bastantes. En tiempo, he necesitado entre cuatro y cinco años de trabajo.
-¿Y la siguiente fase de
la trilogía que nos anuncias: la correspondiente al desnudo femenino?
-Pues
calcula que si para la del desnudo masculino he necesitado invertir entre
cuatro y cinco años, necesitaré al menos el mismo tiempo para llegar a la segunda
parte de la trilogía. De todas formas ahora estoy haciendo otra cosa diferente.
-¿Y se puede saber de
qué se trata?
-Sí,
por qué no. Tiene mucho que ver con el clasicismo. Estoy trabajando para un
libro sobre las ruinas del Mediterráneo. Consiste en una mezcla de paisaje con
esculturas y objetos hallados en estas ruinas que actualmente están dentro de
los museos.
-¿En color?
-No,
en blanco y negro también.
-¿Te está gustando
especialmente el blanco y negro en estos últimos años?
-Sí,
lo que no descarto, y te soy sincero, es que en este libro sobre las ruinas del
Mediterráneo combine el blanco y negro con el color.
-Volviendo al desnudo,
Toni, ¿el tratamiento del bodegón, de la naturaleza muerta que te ha hecho más
conocido, te ha influenciado a la hora de abordar el desnudo masculino? Quiero
decirte: ¿has trabajado el desnudo masculino como si fuera una naturaleza muerta?
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Extraordinario tratamiento de los volúmenes, las formas y el color |
-No.
El proceso de trabajo ha sido radicalmente diferente. Yo en la naturaleza
muerta trabajaba con un formato, un marco. Una vez que tenía todos los objetos
situados y los colores combinados, disparaba. En cambio, con los desnudos
masculinos la sesión era diferente. No tenía ni un solo marco definitivo ni
siquiera he utilizado el mismo formato. Trabajaba con un modelo que se movía constantemente,
a su voluntad. Yo disparaba cuando me daba la gana. Así he obtenido tantos
negativos como te enumeraba antes. Luego venía la pre-selección.
-¿Esto te ha supuesto
por tanto, podría decirse así, un cambio de aires?
-Sin
duda. Me ha servido para romper la monotonía de mi trabajo, algo que me
interesaba muchísimo.
Entrevista realizada al fotógrafo ‘Toni
Catany en Radio Madrid (SER), por Gorka Zumeta, a principios de los 90. Muchos
de los proyectos que señalaba entonces hoy ya son una realidad consagrada. Tony
Catany es Premio Nacional de Fotografía 2001 (España) y Premio Nacional de
Artes Plásticas (Cataluña) 2001.