Goyo González: “La salida de la SER fue muy traumática para una generación de profesionales”
 
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El presentador de radio y televisión repasa su trayectoria con Javier del Castillo, en “Fuera de micrófono” (The Objective)
  
   
“Se está despertando otra vez el interés por la información pura y dura”
- Desde muy jovencito, “era un exhibicionista, en el mejor de los sentidos”, reconoce. Se apuntó a Periodismo, pero en realidad su vocación era más de Bellas Artes. Hoy, no solo trabaja ante un micrófono, también pinta, y participa en exposiciones. Pero, ante todo, es un profesional como la copa de un pino, un superviviente, “al que no se le caen los anillos” por pasar de protagonista a secundario porque, a pesar de que esta profesión es “injusta e ingrata a veces”, también, lo reconoce, “es maravillosa”. Y anuncia algo: yo no me voy a jubilar. Me van a tener que aguantar hasta que sea un señor muy viejecito”
The Objective, "Fuera de micrófono", con Javier del Castillo, 15.09.2025. EXTRACTO. Goyo González, como deja claro en esta entrevista concedida a Javier del Castillo, “Fuera de Micrófono”, ha demostrado siempre una gran capacidad de adaptación a todo tipo de circunstancias e imprevistos. Tras sus primeros años de rodaje en las emisoras de Cádiz y Algeciras (de la Cadena SER), fue director de algunos programas, como “Hoy por hoy Madrid”, “Al Fresco” o “Sigue la Fiesta”. Ha presentado, además, espacios de entretenimiento y concursos en diferentes televisiones y ha trabajado a las órdenes de dos recordadas estrellas: Jesús Hermida y María Teresa Campos. Ahora, disfruta con esa radio de entretenimiento que tanto le gusta, al lado de su gran amigo, Carlos Herrera y de su hijo, Alberto Herrera Montero, al que le augura un gran futuro.
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| Goyo González, en conversación con Javier del Castillo (Captura video The Objective) | 
-Diste tus primeros pasos radiofónicos en Algeciras y
Cádiz. 
-Primero estuve en Cádiz y luego en Algeciras. Entonces no
había másteres, pero existía una cosa que se llamaba Gabinete de
Estudios de la Cadena SER. Por ahí pasaron, entre otros muchos, Manolo
Lama, Paco González, Antonio Jiménez y Toni Martínez,
que ahora trabaja con nosotros en “Herrera en Cope”. La lista es
interminable. Yo fui uno de aquellos chavales, entre cientos. Nos hacían
unas pruebas – Joaquín Peláez, de grato recuerdo – y me eligieron.
"El éxito de Carlos Herrera radica en que ha sido capaz de coger lo mejor de los mundos posibles, dentro de la comunicación radiofónica. Ha aprendido de los más grandes. Ese respeto por los maestros le ha permitido quedarse con algo de cada uno de ellos. Es una miscelánea entre la seriedad, la ironía, el sentido del humor, el saber que tienes que entretener al oyente, aunque estés hablando de temas muy delicados, el que de pronto te puedas tronchar de risa escuchando un editorial, porque lo hace más entendible y legible… Ha logrado que una radio más informativa pueda ser también de entretenimiento"
-De ahí, a las prácticas en la SER.
-Desde el Gabinete de Estudios, te mandaban de
prácticas a una emisora. A mí me tocó en suerte Cádiz y lo pasé muy
bien durante ese verano. Luego regresé a Madrid y estuve trabajando de relaciones
públicas en la mítica discoteca Long Play. ¿Sabes quién me metió
ahí? Un joven Luis del Val. Me dijo: “oye, chaval, ¿tú quieres
trabajar?” Habló con Paco Santos, que era el director de la
sala de fiesta, y me contrataron. Por allí estaban todos los de la época: Camilo
Sesto, Rocío Jurado, Pepe Domingo Castaño… También se hacía en
esa discoteca “El Gran Musical” de Radio Madrid. Así me fui soltando.
En medio de aquel lío, me llamó el director de Radio Algeciras, Carlos
Vergara, y aprendí mucho con él. Era un lince, sobre todo en el área
comercial. Fui para seis meses y me quedé tres años.
-¿Cómo recuerdas tu incorporación definitiva a la SER,
en Madrid, donde estaban Joaquín Prat, Pepe Domingo Castaño, Iñaki
Gabilondo y no sé si Carlos Herrera?
-Carlos llegó un poquito más tarde. Pero fíjate, a Herrera,
con el que mantengo una buena amistad desde hace cuarenta años, lo conocí
en el mercado de Algeciras, haciendo un espacio publicitario. Fue la primera
vez que nos vimos, porque yo le tenía que entrevistar en el mercado. Lo
hemos recordado pasado el tiempo. Luego, nos reencontramos en la SER,
donde él hacía “Las Coplas de mi SER”, y el nocturno “Al borde
de la cama”, un programa de madrugada.
-En aquellos años desaparecen definitivamente los
seriales y se apuesta por la información. ¿Pierde también protagonismo el
entretenimiento?
-No te creas. La SER era, y es, una radio
comercial. Los espacios dedicados al entretenimiento se utilizaban como plataforma
para vender publicidad. Yo crecí en la radio comercial. Defendía la
publicidad en radio y la defenderé siempre. Había por allí personajes más
puristas, desde el punto de vista periodístico, que llevaban mal lo de la
publicidad. Nosotros éramos un poco los faranduleros. Podías estar haciendo una
entrevista a un concejal, pero, mientras hablabas con él, estabas vendiendo
un aparato para medir la tensión o una máquina que quita la cal al agua.
Pertenezco a esa escuela – que era la escuela de Pepe Domingo Castaño -,
porque yo heredé su programa, “Hoy por hoy Madrid”.
-Saliste de Cadena SER en el año 2008.
-Salgo mal, en el 2008. Pero, no sólo yo, sino toda una
generación de profesionales. Tras la muerte de Jesús de Polanco,
las cosas cambiaron mucho. Juan Luis Cebrián creo que no
delegó bien. Hubo un individuo que actuó de una manera, para mí, errónea.
Nosotros éramos todavía jóvenes. No fue una cuestión de edadismo, no, no. Se
le fue la pinza y le sobrábamos. Lo hicieron de mala manera. Fue muy traumático
aquello para muchos de nosotros.
La llegada de ‘Punto Radio’ (Vocento)
-Al poco tiempo de que me echaran de la SER, me
llamaron de Punto Radio (Grupo Vocento) para ofrecerme el magacín que
iba después de “Protagonistas”, de Luis del Olmo. Me fui con
mi redactora de confianza, Ana de Toro, hija del grandísimo Juan
de Toro. Los dos juntitos nos hacíamos el programa, con algunos
colaboradores, porque tampoco había mucho presupuesto. A los dos años, el Grupo
Vocento se deshizo de Punto Radio y me vi otra vez de brazos
cruzados. Por aquel entonces, yo presentaba el programa “Cifras y Letras”
(FORTA) que se emitía por Telemadrid, Canal Sur y otras
televisiones autonómicas. Era feliz haciendo ese programa, pero, poco después
de que cerrara Punto Radio, deciden cargarse también “Cifras y
Letras”. ¿Qué está pasando aquí? Por primera vez, en mi vida, me
veo sin nada y en mitad de una crisis económica de cojones. Llamaba a
puertas que me abrían, pero para decirme: ya sabes cómo está la cosa. Pero, eso
sí, tú eres un fenómeno y no te faltará trabajo. Me hablaron de Gestiona
Radio. Fui a hablar con su dueño, un chico joven, y me dijo que allí no
pagaban. “Nosotros te dejamos el espacio y lo que te saques de publicidad
para ti”. Llamé otra vez a Ana de Toro y nos pusimos a hacer un
programa de fin de semana.
"La SER era, y es, una radio comercial. Los espacios dedicados al entretenimiento se utilizaban como plataforma para vender publicidad. Yo crecí en la radio comercial. Defendía la publicidad en radio y la defenderé siempre. Había por allí personajes más puristas, desde el punto de vista periodístico, que llevaban mal lo de la publicidad. Nosotros éramos un poco los faranduleros. Podías estar haciendo una entrevista a un concejal, pero, mientras hablabas con él, estabas vendiendo un aparato para medir la tensión o una máquina que quita la cal al agua. Pertenezco a esa escuela – que era la escuela de Pepe Domingo Castaño -, porque yo heredé su programa, 'Hoy por hoy Madrid'"
El 'salvavidas' de Ángel Expósito
-En medio de este drama, apareció Ángel Expósito,
con el que había coincidido en Punto Radio, y me dijo: “mira, yo voy a
dirigir “La Mañana de Cope” y me gustaría que te vinieras
conmigo”. Estuve con él solo una temporada porque a la siguiente contrataron
a Carlos Herrera y Expósito pasó a hacer las tardes.
-Ahora, trabajas también con su hijo, Alberto Herrera.
¿Crees que tiene futuro en la radio?
-Alberto Herrera es constante, trabajador, se prepara todo
muchísimo y creo que tiene un talento innato que irá desarrollando. Está
en una fase de hacerse y es consciente de ello. La radio requiere tiempo,
horas de vuelo, un programa, otro programa, que te pasen cosas. Alberto ha dado
un salto de gigante en un tiempo récord. Al principio, le decía: “¿estás
seguro de que te quieres dedicar a esto?”. “Sí, sí, lo he hablado con mi
padre”. Aunque había estudiado otras cosas, lo llevaba dentro. Lo está
demostrando. Las audiencias responden y creo que tiene un buen futuro por
delante.  
-El entretenimiento, sin embargo, quizá no esté bien
valorado. Parece que prima la información. 
-El éxito de Carlos radica en que ha sido capaz de coger lo
mejor de los mundos posibles, dentro de la comunicación radiofónica. Ha
aprendido de los más grandes. Ese respeto por los maestros le ha permitido
quedarse con algo de cada uno de ellos. Es una miscelánea entre la
seriedad, la ironía, el sentido del humor, el saber que tienes que entretener
al oyente, aunque estés hablando de temas muy delicados, el que de pronto te
puedas tronchar de risa escuchando un editorial, porque lo hace más
entendible y legible… Ha logrado que una radio más informativa pueda ser
también de entretenimiento.
-En los tiempos que corren, con lo que está cayendo, ¿se
agradece más el humor?
-Tenemos una consultora que realiza estudios
cualitativos. Sientan a un grupo de personas en un hotel y les piden opinión
sobre distintas partes de un programa. Nos decían que hubo un momento de
hastío de la información y de Pedro Sánchez. A la gente le estaba cansando y
aburriendo. Sin embargo, en los últimos meses hay una demanda de más
información, incluso en tramos de entretenimiento. Fíjate cómo van cambiando
las tendencias del oyente medio. Hay mayor interés ahora por saber cómo
termina todo esto. Se está despertando otra vez el interés por la información
pura y dura.
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