Avance: Ondas Radio'19, fiesta, mitomanía, autobombo y escasa enjundia

La Gala se convirtió en un merecido homenaje a los equipos en la radio
- La nota dominante en los agradecimientos fue el autobombo, en detrimento de las reflexiones sobre el periodismo o el medio
- Los numerosos fallos técnicos no lograron ensombrecer la fotografía que resume el mejor homenaje a la radio, con del Olmo, Gabilondo, Alsina, Herrera y Bueno
Cuando salieron a escena Luis del Olmo e Iñaki Gabilondo, a entregar los Ondas, el exdirector del “Hoy por Hoy” prometió: “los veteranos vamos a ser especialmente breves”. Y añadió, a modo de justificación: “ya hemos hablado bastante en la vida, demasiado”. Y un octogenario del Olmo, a continuación, con sorna y rostro imperturbable, completó: “vamos a demostrar, si te parece Iñaki, a estos jóvenes que están a punto de salir a escena lo que es el ritmo en la radio”. Y a continuación le entregaron el Ondas al tipo que se pasó más pueblos en su intervención: Carlos Alsina: ¡4’37 minutos! Nuevo récord. Resulta paradójico que los profesionales de la radio, que son quienes más deben controlar el paso del tiempo y su gestión, fueran quienes más lo violentaron. “Es que habéis sido todos tan breves en vuestros agradecimientos -trató de justificarse Alsina- que la gala se nos está quedando corta, y han pedido a la gente de la radio que nos extendamos un poco más”. Ya había amenazado el madrileño a la entrada, en la alfombra roja, con que un minuto podía convertirse “tal vez en dos, tres… o cuatro”, y cumplió su vaticinio.
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Dos grandes referentes: Luis del Olmo e Iñaki Gabilondo prometieron brevedad y ritmo en la entrega de los premios de radio: no sabían lo que les esperaba (Captura video Cadenaser.com) |
La ceremonia presentó fallos inexplicables de realización, como empezar sin sonido, despistes de escaleta, o videos que no entraban. Hasta el propio Ortega tuvo que hacer esfuerzos por resetearse varias veces
Continuando con la ceremonia, presentó fallos inexplicables en las experimentadas retransmisiones de los Ondas, como empezar sin sonido -no se escuchó el saludo inicial de Juan Carlos Ortega- o micrófonos abiertos o cerrados a destiempo. Sin olvidar momentos en los que todo el mundo estaba más perdido que un pulpo en un garaje, y nadie sabía cómo actuar y qué era lo siguiente. Hasta el propio Ortega tuvo que hacer esfuerzos por resetearse a veces. Sobre todo cuando uno de sus videogags -la primera entrevista por teléfono en la historia de la radio- no conseguía entrar desde el principio, pidió la repetición, no lo consiguió y optó por suprimirlo. Anunció la siguiente pareja de entregadores, pero rápidamente rectificó (el pinganillo…) y dio paso a la actuación de Vanesa Martín. Un desatino.