Spotify incumple el acuerdo con RNE y elimina parte de sus programas

En el centro del conflicto, los derechos de autor de la música de sus programas, que activa el algoritmo

Radio Clásica y Radio 3 censuradas por Spotify con unos royalties ya satisfechos

• La plataforma sueca reconoce que no permiten que en ningún podcast suene ningún tipo de música por tema de derechos
• Tanto RNE como Spotify anunciaron en febrero, a bombo y platillo, un acuerdo, que se ha visto vulnerado ahora por el tema del copyright, que nadie tuvo en cuenta
• Los derechos de autor de la música emitida por RNE ya se han satisfecho por los acuerdos que esta emisora mantiene con las sociedades encargadas de la gestión de estos derechos

El pasado 18 de febrero de este 2021, tanto RNE como Spotify anunciaron que habían llegado a un acuerdo por el que los usuarios de esta plataforma sueca disfrutarían en su catálogo de más de 350 programas de la cadena pública nacional española. Entre otros muchos espacios, se incluyeron: ‘Las mañanas de RNE’, ‘A hombros de gigantes’, ‘Documentos RNE’ y ‘Hoy empieza todo’. Tanto Federica Tremolada, directora general para el sur y este de Europa de Spotify, como el director de RNE, Ignacio Elguero, manifestaron su alegría por el acuerdo. “Esperamos que este sea el comienzo de muchas más colaboraciones”, reconoció Tremolada. “En RNE somos sensibles a los cambios que se producen en cuanto a las nuevas formas de consumo y a los hábitos de los oyentes que, en proporción creciente, especialmente entre los más jóvenes, abrazan el consumo digital”, señaló Elguero.

Uno de los estudios 'Música', de la Casa de la Radio, en Prado del Rey, Madrid

Pues bien, semanas después del acuerdo, a mediados de marzo, sin previo aviso, y sin que nadie lo hubiera contemplado, Spotify ha eliminado unilateralmente varios programas por su alta presencia de música: “Solo Jazz” (Radio Clásica), “Las cosas del cante” (Radio Clásica), “Mundo Babel” (Radio 3) o “Programa de mano” (Radio Clásica), de momento, han sido eliminados de la oferta pactada en origen por RNE con Spotify.

"No tenemos claro cuáles son los criterios que sigue el algoritmo (de Spotify) para dar de baja nuestros programas, pero sí que es algo que se aplica en todos los países” (Ignacio Gómez, director de RTVE Digital)

Varios oyentes se quejaron de esta circunstancia, y acudieron primero a la propia Spotify en busca de explicaciones, a lo que la plataforma sueca respondió que, por principio, no permite la existencia en su plataforma de podcast con alta presencia de música, por tema de derechos de autor, es decir, por precaución. Y ni siquiera se trata de una decisión humana, sino de la intervención del algoritmo que detecta esta circunstancia.

En el caso de un oyente que se puso en contacto con esta web, se dirigió al “Defensor de la audiencia”, en RTVE, responsabilidad que recae en Ángel Nodal, quien trasladó la pregunta al director de RTVE Digital, Ignacio Gómez que no pudo hacer otra cosa que reconocer la queja del oyente, por evidente: “El usuario tiene razón. Hay una parte de la programación de RNE (aquellos programas con un elevado contenido de música) que Spotify elimina de forma automática (algorítmica)”.

En la respuesta del responsable de RTVE Digital se reconoce expresamente que lo ocurrido “va en contra de su política interna de diferenciar los entornos de podcast (habla) y música y a temas de la gestión de derechos digitales”. Nadie, ni Spotify, ni RNE, habían previsto que eso pudiera ocurrir, sobre todo porque una gran parte de programas de la radio pública se basan fundamentalmente en la música, y se debían haber protegido, porque RNE satisface a las sociedades de gestión estos derechos con tarifas planas por su emisión en antena. Por tanto, su reemisión en podcast debería estar cubierta.

Radio Clásica ha sido de las más afectadas por el algoritmo de Spotify

La decisión de Spotify, en la que no se ha producido mediación humana, sino automática, a través del algoritmo, no depende siquiera de España, como reconocía Ignacio Gómez en su respuesta al oyente que interpuso la queja ante el “Defensor de la audiencia”. En concreto, su respuesta afirma: “Lo hemos hablado en un par de ocasiones con ellos e iban a hacer una revisión interna para ver si era posible recuperar alguno de esos programas, pero es una política que depende de la matriz sueca, en la que el equipo de Spotify España no tiene mucho que decir”. Y concluye: “ni siquiera tenemos claro cuáles son los criterios que sigue el algoritmo para dar de baja esos programas, pero sí que es algo que se aplica en todos los países”.

El caso es que, tras el anuncio de este acuerdo por ambas partes, ahora una de ellas, Spotify, suprime sin previo aviso, y de forma automática, algunos de los programas de la radio pública por su elevada presencia de música (hay que recordar que los programas de Radio Clásica y Radio 3, las más perjudicadas, producen espacios en los que la música es la protagonista, como no podía ser de otra manera, dada su identidad). Y RNE no puede hacer nada, porque “quien decide”, en primera instancia, es el algoritmo.

 La lucha por el control del producto

Ignacio Elguero

Es un tema complejo, que obliga tal vez a un replanteamiento de la política de derechos de autor, por parte de las sociedades gestoras. Las radios abonan unas suculentas tarifas planas por la utilización de música en su antena, de ahí que, de cara a su reconversión posterior en podcast, estos derechos ya estarían satisfechos. Tal vez ahora las discográficas quieran replantearse ese "segundo uso" para sacar aún más beneficio, quién sabe. En cualquier caso, el algoritmo de Spotify no entiende de razones y funciona de una manera automatizada, independiente y con ámbito supranacional, lo que nos conduce a una situación de indefensión de la radio respecto de estas plataformas que se muestra incapaz de controlar su producto. No quiero pensar en la posibilidad de que la radio por aire desapareciera en beneficio de la distribución por internet (IP), como proclaman algunos gurús “de todo a un euro”, y sean las plataformas las que “de forma automatizada” decidan qué se emite y qué no. La radio debe conservar, y defender, sus propios canales de difusión ante la posibilidad de perder el control sobre su propio producto. GZ. 

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