Luis del Val: "La radio ha sido la emoción auténtica, el sonido de la vida"

El locutor y escritor zaragozano publica un libro autobiográfico, 'Memoria y olvido' (Espasa), donde habla de política, prensa, radio y literatura
“La radio te puede conmocionar”
Heraldo.es,
Antón Castro, 21.02.2021. EXTRACTO.
Heraldo.es entrevista al periodista zaragozano Luis del Val, actualmente
colaborador de la Cadena Cope, y con anterioridad, en la Cadena SER, con
ocasión de la publicación de su último libro, titulado “Memoria y olvido”.
Este libro “ha sido premeditadamente arbitrario porque no quiero hacer una
autobiografía, sino que quería rescatar cosas que se habían quedado por ahí,
que en un momento parecieron irrelevantes y pasando el tiempo me he dado cuenta
de lo importantes que podían haber sido, como aquella noche en la que Francisco
Fernández Ordóñez pudo haber sido presidente de Gobierno, el recuerdo del chico
que arrastraba un carro los cinco años y estuvo en la Constitución del Congreso
en 1977 y vio allí a Dolores Ibárruri”, dice Luis del Val, a propósito del
libro que acaba de publicar en Espasa. Un paseo por su vida, una evocación de
personajes, de viajes, de proyectos, y también de días de política y, sobre
todo, de días de radio.
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Luis del Val recorre su vida en un viaje al capricho del azar y de la memoria (Fotografía Enrique Cidoncha, Heraldo.es) |
-La radio ha sido la emoción auténtica, el descanso de los
ojos y el trabajo de la imaginación para el oyente. La radio es el sonido de la
vida. Cuando escribo la necrológica de algún amigo, me emociono, pero no me
rompo; cuando tengo que leerlo en un micrófono, tengo mucho miedo de romperme
porque es tal la emoción del directo y la emoción que te produce la radio que
no solo te emociona. Te puede conmocionar.
-En 'Memoria y olvido' hace un retrato de Iñaki
Gabilondo y de Carlos Herrera.
-Yo tuve la suerte de trabajar de 8.00 a 10.00 con Iñaki
Gabilondo y de 10.00 a 12.00 con Carlos Herrera. Son dos auténticos
monstruos, son dos personas impresionantes, pero con un método distinto.
Haciendo hipérbole y exagerando, yo casi diría que, con Iñaki Gabilondo, estaba
en unos ejercicios espirituales perfectamente organizados, y luego pasaba a una
caseta de la Feria de Sevilla donde también estaba perfectamente organizado,
pero en vez de entrar una ráfaga de música clásica entraban unas sevillanas. El
método era el mismo, pero el objetivo era distinto. Fue una hermosa
experiencia.