Las voces reales se rebelan contra las voces virtuales
- “Queremos tener un lugar en las conversaciones que se están teniendo con respecto a la implementación de las voces producidas por Inteligencia Artificial, como sustitutas o auxiliares de las voces humanas en los segmentos del entretenimiento, la publicidad y la educación en el mundo. Queremos tener derecho a decidir cómo se usan nuestras voces y decidir qué se hace con ellas”
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| Captura del video explicativo de su misión |
“Queremos decidir qué se hace con nuestras voces. Cuál será su uso, su territorialidad y su temporalidad. ¡Queremos decidir! Queremos ser compensados de manera adecuada por las licencias que otorguemos sobre nuestras voces. Ya sea de nuestras voces humanas o de nuestras voces sintéticas”
En su “Manifiesto”, OVU reivindica sus derechos: “Queremos
tener un lugar en las conversaciones que se están teniendo con respecto a la
implementación de las voces producidas por Inteligencia Artificial, como
sustitutas o auxiliares de las voces humanas en los segmentos del
entretenimiento, la publicidad y la educación en el mundo. Queremos tener
derecho a decidir cómo se usan nuestras voces y decidir qué se hace con ellas. Queremos
participar en la creación de leyes. En la regulación y en la implementación de
esa regulación”, exigen.
Los profesionales de la voz que han impulsado OVU defienden
que su voz es su “huella de identidad sonora”. Y alzan sus impecables
voces para recordar que “cuando clonan nuestra voz sin nuestro permiso y la
usan para decir cosas que normalmente no diríamos”, lo que significa, en su
criterio, una afrenta: “¡Nos están agrediendo directamente!”, mantienen.
Se quejan también de que utilizan su voz y la combinan con la voz de otras
personas sin su consentimiento. “Queremos decidir qué se hace con nuestras
voces. Cuál será su uso, su territorialidad y su temporalidad. ¡Queremos
decidir! Queremos ser compensados de manera adecuada por las licencias que
otorguemos sobre nuestras voces. Ya sea de nuestras voces humanas o de nuestras
voces sintéticas”, porque también admiten que se puede llegar a un acuerdo
para digitalizar sus voces, pero este servicio debe contemplar su tarifa
correspondiente. “¡Somos actores de voz y hoy más que nunca estamos
dispuestos a levantarla!”.
En su “Manifiesto”, UVA lanza la invitación colectiva de que se sumen a ellos “ingenieros de audio, directores de casting, agentes, productores, compañías de producción de video, agencias de marketing y creadores de contenido”. Y en la lista añaden “ilustradores, animadores, escritores, casas de audio, publicistas, traductores, adaptadores, músicos, dibujantes, musicalizadores y a directores de doblaje”. En definitiva, todo el sector relacionado con el empleo de voces para sus diferentes funcionalidades.
La OVU incluye en su llamamiento a profesionales y desarrolladores de la tecnología de la Inteligencia Artificial “que quieran entrar de manera ética al mercado, y que estén dispuestos a respetar los derechos de los actores de voz”.
Tienen muy claro su papel: “¡No vamos a permitir que nos
silencien!”. Y abogan “por un presente en el que la Inteligencia Artificial
sea implementada éticamente y los que ponemos la voz... ¡Tengamos voz!”.
La visión de OVU
“OVU tiene como visión conseguir que los Actores de Voz
en todos los segmentos de la Industria de la Voz Interpretada estén
empoderados, que tengan voz y voto, y que puedan decidir cómo hacer la
transición en esta nueva etapa tecnológica”. Este es su planteamiento de
salida, el que impulsa su organización y justifica su razón de ser y de actuar.
Entre sus objetivos fundamentales, OVU establece: “promover
la implementación ética de la
Inteligencia Artificial en la Industria de la Voz interpretada, y ser un referente mundial en la protección de los
derechos de los Actores de Voz”. Pero
OVU se establece como “una organización abierta y accesible para todos los
interesados en esta causa, que fomente la comunicación y el diálogo constante
entre los miembros y la comunidad en general”.
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