Mara Torres: “Volví a la radio porque le veo mucho futuro”
https://www.gorkazumeta.com/2020/06/mara-torres-volvi-la-radio-porque-le.html
Una entrevista de Henrique Mariño para el digital Publico.es, de la que hemos extraído el fragmento dedicado específicamente a la radio
"Para inventar algo (en la radio), el mejor espacio es la madrugada”
Público.es,
Henrique Mariño, 13.06.2020. EXTRACTO. La periodista Mara
Torres (Madrid, 1974) alumbra las noches de la radio, pero ya no atrae
a las almas errantes, como sucedía en "Hablar por hablar", el
insólito confesionario de noctámbulos e insomnes. Tras su premiado paso
por La 2 Noticias, la locutora volvió a las madrugadas de la cadena
SER con un formato novedoso donde todos hablan, pero no por hablar. En El Faro plantea un tema para que
expertos y oyentes diserten desde una perspectiva original sobre el asunto,
también abordado por los gatopardos, nombres propios que se prestan
a una conversación larga y tendida. Un concepto que puede ser la revolución o
el destino, hoy parado en la estación del coronavirus.
Mara Torres en los estudios de Radio Madrid, Cadena SER (Fotografía Cadena SER) |
-Presentó "Hablar por hablar" con veintiséis
años. Aunque ya tenía tablas, ¡lo que hay que oír!
-Cuando lo empecé a dirigir era jovencísima, si bien antes
ya lo había presentado durante cuatro veranos. La audiencia se disparó y quizás
la clave fue que yo fundamentalmente escuchaba, porque apenas sabía nada de la
vida. Todo me atraía y me sorprendía. No quería dar mi opinión porque entonces
no tenía una opinión formada. Pese a la ser la directora, yo era una oyente más, aunque
controlaba los tiempos y el orden de las historias, compensando las emotivas
con las divertidas. Mi papel era escuchar. Abandoné "Hablar por hablar" porque ya habían
dejado de sorprenderme las historias. De hecho, acabo un proyecto cuando no
tengo nada más que aportar, como me sucedió con La 2 Noticias.
Nunca he considerado un trabajo como una plataforma para ir a otro lado, sino
para disfrutarlo en sí mismo. Ahora bien, cuando se agota, me planteo el
cambio.
"La gente no participa en El Faro para que la escuchen, sino que forma parte del programa para aportar algo, normalmente lo que sabe. Aquí no hay confidencias: hablan para construir una mirada poliédrica sobre un tema"
-Le gusta la noche. De hecho, fue una de sus condiciones
para volver a la SER. ¿La madrugada es la franja horaria ideal para la radio?
Quizás en ese momento, con menos distracciones, la gente presta más atención.
-Quería la noche porque es el lugar donde puedes
experimentar. En todo caso, el secreto de la radio es que es el único medio que
puede acompañarte durante las veinticuatro horas, hagas lo que hagas. Por eso
sigue siendo la mejor compañía.
-La radio nocturna, pues, como laboratorio de ensayo.
-Para inventar algo, el mejor espacio es la madrugada,
porque puedes probarlo todo. Y la complicidad que se alcanza con los oyentes
hace que se conviertan en uno solo. Además, en "El Faro" sentimos
que estamos desarrollando un proyecto común entre el equipo y la audiencia.
-Ahora, gracias a los podcasts y a la
programación a la carta, pueden escucharle dónde y cuándo sea, incluso de
camino al curro. Aunque el puesto de trabajo debe estar muy lejos, porque su
programa dura dos horas y media.
-En cambio, su formato —con entrevistas cortas de siete
minutos y audios de los oyentes de un minuto— hace que sea muy difícil
desengancharse: ¿en qué momento dejas de oírlo? La gente lo escucha mucho en
casa, pero también mientras hace deporte, camina o conduce. Durante el
confinamiento se ha enganchado muchísima gente.
"Ahora todos los programas tienen llamadas de oyentes, especialmente durante el confinamiento, que cuentan cosas que antes solo estaban reservadas a la madrugada. Nosotros, en cambio, queríamos hacer algo diferente. No abrimos el teléfono para ver qué se les ocurre, sino que los ceñimos a un tema concreto"
-Según ustedes, las descargas se cuentan por miles y
miles.
-La noche no distrae a la audiencia, aunque nos ha
sorprendido la gran cantidad de descargas que se hacen durante el día, lo que
nos hace pensar que también resulta atractivo para escucharlo a cualquier hora.
Por no hablar de los oyentes internacionales, muchos de los cuales participan
en el programa. Entre los habituales, hay gente que vive en ciudades como Nueva
York o Sidney y en países como Vietnam o Finlandia. Tocamos temas tan
cotidianos que una persona residente en Hong Kong puede sentirlos cercanos.
-Si este es el presente, ¿cómo será el futuro de la
radio?
-Volví a ella porque le veo mucho futuro. Durante el
confinamiento se ha confirmado como el gran medio, el que verdaderamente está a
tu lado, el que combina una parte informativa y otra de entretenimiento, en
perfecta simbiosis... En este tiempo tan duro, hartos de noticias tristes y sin
luz ni esperanza por ningún lado, de repente volvió a aparecer la radio para
hacernos compañía.
-¿Habrá que pagar por oír la radio como por leer un
periódico?
Vaya, vaya… Una oyente se planteó si tendría que pagar por
participar en "El Faro", cuando yo pensaba que preguntaría lo
contrario: ¿qué pasaría si nos tuviera que pagar Mara por colaborar en su
programa? Antes, con un transistor, solo gastabas las pilas. Sin embargo, en internet
nada es gratis, empezando por la conexión. Quizás en el futuro si quieres
consumir algo habrá que pagarlo.
-Al margen de la radio convencional, muchos podcasts recurren
al mecenazgo de instituciones, como Catástrofe
Ultravioleta; o emiten en abierto pero solicitan el apoyo de los oyentes,
como Con Todos Dentro, el
programa de Celia Blanco. Me imagino que también pagarían por escuchar a Mara
Torres.
Mara Torres presentando 'El Faro' en la SER (Fotografía Cadena SER) |
-Aunque le dedicamos un programa a lo gratis, no me había
planteado la gratuidad de "El Faro". No sé qué pasará con la radio,
pero sí lo que ha ocurrido con el cine y las series, con la música y con la
prensa: cuando te interesa algo, estás dispuesto a pagar por ello. La
experiencia me hace ver lo que ha sucedido en otros sectores desde que se
estableció este sistema de pago, lo que nos hace sentir a todos mucho mejor. En
realidad, no tengo una respuesta, por lo que más que una afirmación es un
interrogante.
"Nunca he considerado un trabajo como una plataforma para ir a otro lado, sino para disfrutarlo en sí mismo. Ahora bien, cuando se agota, me planteo el cambio"
-¿Todos queremos que nos escuchen?
-Yo no he vuelto para escuchar a la gente, sino para
aprender de la gente.
-Me refiero a los participantes, a los entrevistados y a
los oyentes en general.
-La gente no participa en "El Faro" para que
la escuchen, sino que forma parte del programa para aportar algo, normalmente
lo que sabe. Aquí no hay confidencias: hablan para construir una mirada
poliédrica sobre un tema. Cuando le propones uno concreto, siempre buscan
perspectivas originales. Es decir, algo que no vayan a contar los demás, al
igual que hacen los expertos. Y luego contamos con el ‘Gatopardo’,
porque nos gusta escuchar con calma a invitados tan generosos. Cuando llegan al
estudio, vienen dispuestos a regalarme una conversación larga, tranquila y sin
cortapisas.
-Cuando decía que la gente quiere que la escuchen,
también hablo del tendero o del tabernero que, más allá de lo que vendan o
sirvan, también ejercen de psicólogos, confesores u oyentes. Como sucedía
en ‘Hablar por hablar’.
-Algo que no ocurre en "El Faro", cuyo concepto
es diferente. En todo caso, ahora todos los programas tienen llamadas de
oyentes, especialmente durante el confinamiento, que cuentan cosas que antes
solo estaban reservadas a la madrugada. Nosotros, en cambio, queríamos hacer
algo diferente. No abrimos el teléfono para ver qué se les ocurre, sino que los
ceñimos a un tema concreto.