Avance: El problema de la radio es el mismo de España

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Las experiencias de Laboratorio de Radio con los mayores gallegos, Sergio Pascual (de pie) escucha con interés el programa (Fotografía Laboratorio de Radio) |
Una parte importante del colectivo de pensionistas fueron niños de la posguerra, y la radio fue el único medio que les brindó la oportunidad de soñar historias y desarrollar su imaginación, en medio del hambre y la penuria
Son oyentes, todavía, de onda media, forman parte de esos más de 700.000 oyentes que aporta este canal de distribución de contenidos radiofónicos, y de la omnipresente frecuencia modulada, claro. Aunque hay excepciones, no se manejan con soltura, en general, en las redes sociales, en la radio online y en el universo podcast. No son, ni por asomo, nativos digitales y les cuesta más reciclarse en estas nuevas lides tecnológicas. Pero siguen siendo oyentes de radio. Y cuentan en el Estudio General de Medios (EGM).
Estos datos son reveladores en dos aspectos que afectan a la radio: uno, el volumen de la población jubilada en nuestro país, lo suficientemente significativo como para tenerse en cuenta. Afirmar que todos son oyentes de radio, resultaría gratuito por mi parte, sin apoyarme en datos. Pero creo que mis lectores estarán de acuerdo con que, en comparación con las generaciones Y y Z, que obvian la radio; los jubilados, en cambio, son mayoritariamente oyentes vocacionales, y en muchos casos militantes, de radio.
El segundo aspecto, determinante, de los datos que he destacado, se refiere a su poder adquisitivo. Nuestros padres viven -malviven o sobreviven- de su pensión y lo exigua de ésta no les permite muchas alegrías en materia de consumo, más allá de la alimentación y la vestimenta. Por tanto, comercialmente no es una audiencia atractiva para las grandes marcas que buscan beneficios por su actividad económica.